top of page

A veces me dan ganas de ya no ser mamá

  • Foto del escritor: Joanna Lazo de la Vega
    Joanna Lazo de la Vega
  • 9 ago 2024
  • 5 Min. de lectura

Texto inspirado en el libro: El cerebro del niño explicado a los padres

-Dr Álvaro Bilbao

 

¨La verdad, esto es bien cansado¨

¨Siento que hago mil cosas y nadie me lo agradece¨

¨Ser mamá/papá es más díficil de lo que pensé¨

¨A veces veo la libertad que tienen otras parejas sin hijos, y sinceramente los envidio¨



Estas y muchas otras frases las escucho en consulta cuando doy asesorías de crianza y familia. Los papás están exhaustos de ser padres, esto es una realidad a la cual no le vemos fin y terminamos viendo la paternidad como una carga.

Por otro lado veo a muchas parejas intentando poder concebir un bebé y no pueden. Esto me hace pensar en que ser papá o mamá es mucho más que una responsabilidad, es un privilegio.


Me pasa sumamente seguido escuchar las múltiples quejas sobre su pérdida de libertad, el cansancio, las noches de desvelo o la frustración de que los hijos no te hagan caso o sean simplemente niños. Parecemos olvidar el verdadero disfrute que puede proporcionanos la paternidad.


¨Pero entonces ¿tengo que renunciar a cosas cuando me convierto en padre/madre?¨

La respuesta es sí. Pero quizás no usaría la palabra ¨renunciar¨, la sustituiría por aplazar o ENFOCAR NUESTRAS PRIORIDADES. Nuestro tiempo libre, nuestro tiempo de entretenimiento, salidas y paseos, viajes, nuestra carrera profesional o el descanso pasan a segundo plano.


¨Pero sí renunciamos a algo:renuniciamos a nuestra libertad.¨

Totalmente de acuerdo. Pero no hablo de la libertad de hacer cosas o salir de paseo, hablo de nuestra ¨libertad de pensamiento¨. Cuando tenemos un hijo, nuestros pensamientos suelen rondar sobre el mismo tema: nuestro hijo. Su crecimiento, su salud o su desarrollo son temas que nos absorben nuestra paz mental. Renunciamos a nuestra libertad de vivir despreocupado, para pasar a vivir MUY preocupado.


Si has tenido un negocio, podemos ejemplificarlo de la misma manera. Cuando abres un negocio estás pensando la mayor parte del día en él: como mejorar, como deseamos verlo desarrollarse y tener éxito. Nos desvelamos velando por su prosperidad y como darle lo mejor de nosotros. En la crianza es parecido.


Sin embargo, la gran diferencia es nuestra perspectiva de ambas cosas. Cuando tenemos un negocio que amamos, que nos inspira, solemos no quejarnos. Al contrario, lo vemos como un reto que cumplir. Un éxito que hay que alcanzar, a pesar de que está lleno de obstáculos, malos ratos, decepciones o dolores de cabeza.


EJEMPLO


Solemos escuchar:

-¿Cómo te va con tu negocio?

-Ahí vamos, con sus altas y bajas pero ahí vamos. He tomado un curso que me ayudará a mejorarlo. Lo importante es levantarse y darle. Darle más y más. Todo negocio tiene sus rachas y sus obstáculos. Solo hay que instruirse para poder solucionarlos.


NO solemos escuchar

-¿Cómo te va con tu negocio?

-Terrible. Esto no es lo que pensaba, me canso muchísimo y yo no veo para cuando. Todos los días me levanto y ya quiero que sea de noche. Me fastidio de estar ahí o hablar de mi negocio. Muero de ganas por que esto acabe pronto.


¿Qué diferencia no?

Con la crianza suele no suceder esto. Vemos la crianza como una carga que hay que cumplir. Solemos agobiarnos por la responsabilidad de cuidar a los hijos y nos quejamos de tener que pasar tiempo con ellos. Cuando en realidad es un privilegio poder hacerlo.

¿Te has sentido así? ¿Te has escuchado así?


LA CLAVE ES REDIRIGIR


Si sueles agobiarte por la responsabilidad del cuidado de tus hijos, quiero que intentes redirigir tu atención hacia algo más positivo. Cuando el cerebro cambia el foco de atención, es capaz de ver las cosas totalmente distintas.

 

Fíjate en este dibujo. 


 

Esta obra se llama Mi mujer y mi suegra. ¿Eres capaz de ver a ambas?

Lo curioso del dibujo es que, dependiendo del lugar de la lámina donde fijes tu atención, parecerá una joven o una anciana. Si te fijas en la parte del dibujo en la que las dos solapas del abrigo están a punto de juntarse, verás una prominente barbilla y el dibujo te parecerá la representación de una anciana. Si, en cambio, fijas tu atención sobre la parte de la cara que se encuentra justo bajo el sombrero, verás la silueta de una joven mujer con la cabeza ladeada. Anciana o joven. Suegra o esposa. La realidad es que ambas existen simultáneamente en el dibujo, pero no se pueden ver las dos a la vez.

 

En cierto sentido, la experiencia de criar a un hijo es similar a este cuadro.


Te puedes pasar toda la vida prestando atención a la cara amarga que supone el sacrificio o poner el foco de atención en la belleza de ver crecer a tus hijos.

TEST


¿Cuál eres tú?


  • Caso 1

Persona A -¡Ay! ya se durmió en el coche, que rabia.

Persona B -Ya se durmió. Que dicha poder aún llevarlo en brazos a su cama, ha crecido tanto.


  • Caso 2

Persona A- ¡Apúrate! llegarás tarde al colegio y yo al trabajo

Persona B- Vamos, te ayudo con tus zapatos. Cuéntame de nuevo que soñaste.


  • Caso 3

Persona A- Me preocupa el trabajo. Tuve que dejar de ir un día y perder sueldo por estar en el baile de fin de año de mi niña.

Persona B- Lástima un día de trabajo. Pero hice un gran esfuerzo por estar aquí. Disfrutemos verla bailar.


¿Que diferencia verdad?

Cuando cambiamos la perspectiva de la MISMA situación, nuestras emociones en torno a eso cambian. No hay duda: habrá momentos díficiles. En todo lo que vale la pena (o la felicidad), siempre los hay. Pero si quieres ir más allá de ¨no puedo esperar a que crezcan, esta etapa es sumamente cansada¨, te recimiendo cambies tu perspectiva. Redirige tu atención al lado hermoso de la paternidad y disfruta con todas tus fuerzas.

El tiempo pasa rápido y esta etapa eventualmente pasará.

 

Y ENTONCES

¿CÓMO CAMBIO MI PERSPECTIVA?


INICIA CON LO BÁSICO: DISFRUTA El MOMENTO

 

El disfrute debe ser parte fundamental del desarrollo del niño. La razón es muy sencilla: los adultos percibimos el mundo en forma de ideas, palabras y razonamientos, pero ¿te has parado alguna vez a pensar cómo perciben tus hijos el mundo? El niño percibe el mundo, principalmente, a través de las emociones, el juego y el afecto.


En este sentido, jugar es clave.


El cerebro del niño está diseñado para aprender a través del juego. 


¿De qué sirve jugar con él? Él puede hacerlo solo ¿no?

Cuando jugamos con un niño

  • Entra en modo aprendizaje

  • Entramos en contacto emocional con él

  • El juego despierta sus emociones

  • El contacto físico con su papá o su mamá mejoran el vínculo que tienen

    Cuando el niño es capaz de interpretar papeles, de ponerse en el lugar del otro y de pensar en el futuro mejora la empatía

  • El papá o la mamá sirven de ejempo en cómo pensar, planear y de actuar con mayor inteligencia y madurez


    Si quieres adentrarte en el mundo de tu hijo y trabajar desde su perspectiva, te recomiendo que te sientes o te tumbes en el suelo y te pongas a su nivel.



Y por eso te voy a recomendar 4 sencillas estrategias:

  1. Siéntate en la alfombra y que utiliza el juego y la diversión como herramientas de educación.

  2. Deja el celular, ese texto puede esperar.

  3. Olvida las redes sociales por unas horas.

  4. Aplaza los pendientes unos minutos.

  5. Respira y observa.


Por que el tiempo pasa rápido. Muy rápido.



Te invito a que te sientes en la primera fila de la vida de tus hijos.

Disfrútalo.




Comments


Síguenos

  • Whatsapp
  • Instagram
  • Trapos
bottom of page