4 características de las familias disfuncionales
- Joanna Lazo de la Vega
- 14 jun 2024
- 3 Min. de lectura

Todas las familias tienen inconformidades, discusiones y malentendidos. Reconozcamos que las diferencias de pensar y de actuar nos hacen mejorar nuestras habilidades. Mejoramos nuestras habilidades para socializar, solucionar conflictos, dialogar, mediar los problemas, comunicar y ser escuchado y sobre todo fomentar los valores que construyen una sociedad. Sin embargo, en muchas familias no existe el interés por crecer, si no de lastimar (consciente o inconscientemente). A estas familias se les conoce como FAMILIAS DISFUNCIONALES. Son familias que lastiman mientras repiten patrones con diferentes integrantes de la misma familia. Usualmente se repiten patrones de negligencia, abandono, humillación, abuso, rechazo, inmadurez emocional, culpabilidad y violencia.
Te presento 4 características principales de las familias disfuncionales:
Una familia disfuncional nunca acepta su responsabilidad. Nunca aceptan su culpabilidad, uno o ambos padres juegan el rol de víctimas, haciendo que los hijos aprendan a victimizarse sin buscar soluciones sanas. Constantemente niegan su compromiso y dificilmente piden disculpas tras haber herido a alguien. Los padres suelen ser ejemplos negativos para los hijos: usualmente no aceptan sus errores, inventan excusas y no asumen las consecuencias de sus malas decisiones.
Una familia disfuncional pelea y por todo. Existe una gran diferencia entre tener discusiones a pelear. Las discusiones tienen el objetivo de solucionar un conflicto por medio de la exposición de uno o más puntos de vista diferentes. En cambio, durante una pelea una de las partes busca ganar sin importar la integridad emocional del otro ni encontrar una solución integral que beneficie a la familia, no solo a uno mismo. Los padres de una familia disfuncional buscan tener siempre la razón por el solo hecho de ser ¨los adultos¨. Buscan y ejercen el control absoluto de los hijos, sin llevar a cabo una comunicación asertiva ni escucha activa. Algunos o todos los miembros de la familia constantemente gritan y pelean como altercados comunes.
Una familia disfuncional expone a sus hijos a situaciones de adultos. Frecuentemente los adultos exponen a los niños o adolescentes a experiencias que rebasan su edad cronológica. Esta exposición puede ser por medio de experiencias, eventos, salidas, videos, redes sociales, videojuegos, música, conversaciones o situaciones inapropiadas para su edad. Usualmente contienen altos contenidos de violencia, erotismo, abuso, maltrato, delitos, abuso de sustancias, inseguridad considerándose la presencia del adulto como negligente. En ocasiones el abandono puede ser emocional. Una gran cantidad de padres abandonan a niños y adolescentes horas frente a las pantallas con contenidos que están muy lejos de su madurez emocional y mental, no hay control y menos advierten las escenas que sus hijos están expuestos.
Una familia disfuncional abunda el abuso Las familias disfuncionales basan su autoridad y su manera de relacionarse por medio del abuso. Predomina el abuso psicológico ya que es difícil de probar y menos común de detectar. El uso de drogas, ver pornografía, agredir verbalmente a la pareja, amenazar y culpar a los hijos, realizar actividades ilegales (robo, consumo de sustancias ilícitas, fraude, manipulación, evasión de responsabilidades, etc) son algunos ejemplos de abuso. Cuando el abuso es físico las heridas permanecen cristalizadas en el trauma de los niños. Golpes, humillaciones, palizas, abandono, privación de la libertad y necesidades básicas, castigos, amenazas y abuso verbal causan trauma en cada uno de los miembros de la familia.
Los niños y adolescentes que viven bajo una dinámica familiar disfuncional tienen un alto riesgo de sufrir depresión, ansiedad, baja autoestima, abandono emocional, pensamientos suicidas, bajo rendimiento escolar, mayor riesgo de inicio precoz de la sexualidad, embarazos adolescentes, consumo de sustancias, abandono escolar, dificultad para establecer relaciones sanas, delincuencia, escasa oportunidad de mantener un trabajo estable o tener hábitos saludables.
Reflexión: todas las familias presentan problemas en su convivencia pero todos tienen la oportunidad de reconocerlos y buscar soluciones. Es importante que jamás se culpe o involucre a los hijos en las discusiones de pareja como participantes activos del problema (¨por tu culpa tu papá nos dejó¨) haciéndolos pensar que son responsables de lo que los papás (adultos) viven y padecen.
¿Tu familia cumplió con alguna característica?
En tu infancia ¿recuerdas que tu familia de origen haya cumplido con una o varias de las características mencionadas?
Si contestaste que sí a alguna de estas preguntas, te invito a que recibas atención para ti o tu familia de parte de un profesional de la salud mental. Es de suma importancia practicar la prevención y la solución de conflictos cuando estamos a tiempo.
Basado en:
Libro ¨Padres obedientes, hijos tiranos...20 años después¨
Dra Prado & Dr Amaya
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